Las
cafeterías.
Las ciudades se viven de manera
transversal, experimental en el tiempo y holística en las posibilidades de cada
persona. A cada individuo le ofrecen una medida del espíritu de sus pueblos
y cada cual cuenta aquello que más le ha
motivado. Entre más registros se observen de sus calles, mercados, rituales y
gentes, más clara y diáfana se nos representa y seguramente, lo que queda es algo
que se aproxima a la realidad del lugar. Para conocer bien una ciudad se ha de
vivir en ella durante años, pero la vida es corta y el tiempo que dedicamos en
un viaje como este es insignificante para profundizar en todos sus pormenores.
Mirar no es ver y hacerlo sobre la marcha acelerada de un tren, la verdad, no
ayuda a hacerlo bien...
No obstante la idea es aproximarse al
pueblo ruso y el propósito ya hace mucho. Si no hay tiempo puedes acelerar el
paso y trabajar para conocer y reunir recuerdos, vivencias, imágenes, historias:
es lo que he podido hacer y con ello me quedo…
Algunos de los que me llevo han nacido en
las cafeterías, en ellas tenía que establecer mi lugar de operaciones: almorzar
y descansar en las horas de espera, enviar los “informes del viaje” y cargar
las baterías de la cámara y el móvil. Nombraré algunas de las que asistí en la
ultima ciudad, son buenos ejemplos ylas que más trabajé.
Las cafeterías son lugares de encuentro y
alterne, en algunas son lugares de distinción de clase y eso se nota
especialmente en el precio. Naturalmente también en el decorado, en la atención
y la calidad del producto: en Rusia se toma buen café y se disfruta de la
compañía y la conversación…
En Vladivostok me propuse trabajar el
tema y estuve en varias para saber como se relacionaban las gentes en un
espacio así. La verdad saqué la conclusión que cada establecimiento tiene su
idiosincrasia, recoge un tipo de clientes y mantiene una manera de servir y
vivir.
La que más frecuenté fue en Zern Caffeeshop y en Studio, las dos presumían de estar a la
moda pero destaco la primera por la calidad del producto, por el cuidado diseño
pop y por la atención. Todo era muy correcto y se alegraron muchísimo que les
hiciera fotos al establecimiento. La segunda era la que estaba en la boca de los
jóvenes del momento y tampoco pusieron problemas por hacer fotos, inclusive me
enseñaron los reservados. Allí se reunían los que querían presumir de modernos
y se permitían hacer una “rayita a escondidas” o fumar en soledad un canuto con
una pipa de agua…
No hay comentarios:
Publicar un comentario