Arquitectura
en las nubes.
Ya vi estas imágenes entre los edificios
de Ekaterimburgo; los rascacielos llegaban a las nubes y la niebla era lluvia
fina que calaba los huesos. No es que las edificaciones fuesen muy altas, es
que la bruma del vapor formaba una capa densa a cierta altura y hacía que estas
se perdieran entre el fondo del cielo.
En Vladivostok las nubes nacen en la
costa, en la frontera que forma el mar y la tierra. Es un estado natural que
ciñe el paisaje y viste la ciudad de cierta melancolía, a su vez le da al verde
una frondosidad y frescura que no se encuentra en otros lugares.
El pacífico mantiene las temperaturas
estables, las regula y estas chocan con los cambios continentales de Siberia.
La bahía de Vladivostok es un rincón privilegiado, un trocito de paraíso,
húmedo y frondoso que acoge a sus habitantes y los mima hasta el extremo de
hacerlos presuntuosos. Parece que es una invención pero no lo es, la clase
media y alta lucen sus coches y vestimentas y estiran el cuello como los cisnes.
Quizá es debido al microclima que se crea en aquel lugar, quizá es que están muy
lejos de Europa y ellos nos representan allí donde están…
Los edificios modernos dibujan el paisaje
de la ciudad y dan una señal clara de los objetivos de la ciudad y sus
habitantes. Algunos han crecido en los últimos tiempos y los días de niebla se
pierden en el cielo, se confunden con la montaña y parecen levitar en aquel
manto de espuma liviana. Parecen emanaciones de una avatar posible y se funden
en un infinito lejano conde los humanos no pueden tener acceso. Además, son
edificios limpios, no hay nada que diga que sirven para ser habitados. Quizá
nos dicen que son ocupados por seres celestes, almas que se funden con la
niebla de la bahía.
El día que hice las fotos llovía
lentamente, las calles estaban resbalosas y las gentes caminaban bajo el
paraguas. Yo no hice caso y quise ver el océano con aquel clima; cuando llegué
a las orillas del gras pacífico yo era parte del mar. Quedé de agua hasta los
corvejones, tanto que me obligó a ir al hotel a cambiarme; es cuando me sucedió
lo del secuestro.
La próxima entrada será sobre este tema…
pienso…
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