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lunes, 21 de julio de 2014

Chamanes en el Baykal

Chamanes en el Baykal

 El encuentro. Slyudyanka, 23 de julio de 3014, lago Baykal.

Chamanes
Vuelvo a tocar el tema y creo que dejaré el lugar de las aguas profundas para otro momento. En la zona del lago Baikal se ha practicado el chamanismo hasta hace poco, es normal, la cultura occidental y el mundo moderno llegó después de la construcción del ferrocarril que atraviesa Siberia y todavía existen cientos de comunidades que están fuera de cobertura de todo, luz, tef. pero quizá tienen móvil y TV vía satélite cargados con placas solares. Toda la cultura ha cambiado y ahora se practica el pensamiento mítico como folclore y en los casos cotidianos se recurre a la medicina moderna y los rituales de encuentro con el mundo los hace la TV cada día. Pero aún perviven comunidades de pastores de renos aisladas del mundo occidental como los naganasan, ellos no tienen otro mundo que el que tuvieron siempre y es posible que entre ellos el chamanismo se encuentre en plena actividad y pureza…

Slyudyanka
El lugar que he visitado y donde se concentra parte del folclore chamánico está en todo el perímetro del lago Baikal y más concretamente entre Irkutsk y UlanUde. Pero tenemos que pensar que estas tradiciones siguen en todo el mundo y están muy activas en parte de Mongolia y China. Quiero recordar que el ultimo chaman conocido Chuonnasuan (Meng Jin Fu), murió el año 2000.
El pueblo del Baykal donde he operado ha sido uno de los regalos mas emocionados que he recibido en todo el viaje; allí me he encontrado en mi sitio y para nada me sentía un ser extraño al lugar.
El chamanismo es una cultura que vive en comunión con la naturaleza, no es una religión ni tiene un solo rostro, es la expresión que tiene un pueblo para entender los misterios del mundo y depende de las características culturales de las gentes para que el chaman tenga unas u otras atribuciones. Cada pueblo conserva y aumenta un "saber encontrarse con el mundo", eso obliga a conocer el medio donde vive, a acoplarse con la naturaleza y formar parte de ella. El contexto modela parte importante del "alma humana", el paisaje nos hace los ojos, la voz y el canto, sus resonancias nos induce a interactuar con la tierra y sus secretos, por lo tanto, la naturaleza es la que propone respuestas que nacen de la experiencia diaria y obligan a cambiar rituales y procedimientos. Un chaman huichol del estado de S Luis Potosí en México, debido a su contexto, tiene poco que ver con los rituales fueguinos en la Patagonia Argentina y nada con los que se practican en Khuzhir.

Origen
Según Mircea Eliade el chamanismo nace en el origen de la cultura, viene de los tiempos en que el hombre vertebra la sociedad sobre un eje mistérico. El chaman es el que hace de enlace entre el mundo tangible de los objetos y el intangible de los espíritus. Él se transforma en el axis mundi del mundo inferior y el superior, los atraviesa y une, hace sus averiguaciones y después expone sus reflexiones y curaciones al interesado o enfermo.
Es un conocimiento místico, un saber “preconsciente”, como suele ser también su iniciación; el Chaman es escogido por los latidos del mundo, no por las notas de los académicos. Es por ello que se ha practicado en todo el mundo primitivo donde los chamanes, hombres y mujeres, han tenido un papel relevante en la cohesión de la humanidad. Ha sido el mundo reglado: religiones monoteístas, universidades, facultades de medicina, psiquiatría, psicología, etc., los que han perseguido y aniquilado la cultura chamánica; la declinación del mundo antiguo empezó en el siglo IV cuando el cristianismo se apoderó del mundo espiritual y persiguió las antiguas creencias que pervivían de la Grecia antigua y del imperio romano…. ¿Así tenia que ser?

La actividad humana hoy. 22 de junio de 2014. Litvyanka

Funciones del chaman.
Pensemos que el Chaman es muchas cosas a la vez: es el “curandero”, el hombre medicina, el brujo que tiene “poderes” para ahuyentar el miedo del enfermo y le ayuda a enfrentarse con la enfermedad. También es el que tiene conocimientos experimentales sobre la naturaleza; él es un estudioso de los ciclos del cielo, el que observa el movimiento de los animales y los representa en el fondo de las cuevas, el sabio que conoce las propiedades de las plantas, donde se ocultan los principios activos y como se aplican. Uno de los casos más sangrantes sobre el tema es que estos conocimientos acumulados durante milenios por el saber humano, ahora los están comprando a precio de saldo las industrias farmacéuticas. Pagan a los curanderos de la Amazonía con chucherías y los retienen para explotar los principios activos a nivel industrial, ya todo dentro de la especulación del mercado.

Sabios
Los chamanes son herederos del saber de siglos, testimonios de un tiempo que ya no podemos ver. Ahora si de verdad queda alguno que no sea un vividor del sistema, “un actor de barrio con pata de conejo”, están despistados y confusos pero en su tiempo, eran joyas vivas que conocían la naturaleza humana y sabían a quien podían enseñar lo que sabían; ellos daban las “licenciaturas” a aquellos que realmente eran capaces… El Chanan es temido por su poder para salvar la vida y poder retirarla; eso todavía nos sobrecoge…

Procesos artísticos
Dentro de las practicas chamánicas entran todas las “artimañas” del ser humano; pero el objetivo es curar al enfermo, cohesionar al grupo, ahuyentar la incertidumbre, mantener el poder y el orden y asegurar su reputación con todas las “artes” a su alcance. En sus rituales entra el teatro, la danza, la pintura, la escultura, la performance, la música, la instalación, la acción, los alucinógenos, la comunicación con los espíritus, las artes de adivinación, la psicología… Algunos chamanes eran auténticos artistas y sus huellas han quedado descritas en los muros de piedra de las cuevas rupestres y las hay por todo el mundo. Han quedado en las piedras grabadas, (petroglifos), en los enlaces con la naturaleza, en los rituales de muerte y en el control y lectura de la posición de los astros. Tenemos que pensar que ellos eran el saber de otra cultura, un estadio de la humanidad del que ya sólo queda el recuerdo.
El lago como templo. 22 de junio de 2014. Litvyanka

Pervivencia
Es tanta la capacidad de seducción del mundo antiguo, es tan real el impulso emocional del alba , que no podemos dejar de pensar que estamos unidos a la naturaleza. Hasta los más sordos escuchan el canto del mirlo, hasta los más ciegos se encogen ante las luces del amanecer. Si algunos artistas como J. Beuys han quedado seducidos por estas prácticas es por que han vivido experiencias de transformación psicológica que han orientado su pensamiento en esa dirección. No ha sido por nostalgia, lo han practicado desde la verdad experimental, no lo han hecho para lucrarse, ha sido la sociedad y su deseo de consumir emociones la que ha visto como ese mundo todavía esta latiendo en nuestro interior y era una motivación fuerte para un mercado espiritual en el que se puede vender todo.

La naturaleza habla siempre
Pero lo que me interesa del tema es que todo eso se ha de entender como chamanismo arqueológico y que aún podemos entender las palabras que Platón escribió en el Fedro. Decía que las primeras profecías surgieron de las palabras de un roble. Afirmaba que los que vivieron en esa época encontraron justo escuchar a un roble o a una piedra, mientras esta dijera la verdad. Creo que es lo que he intentado hacer yo cuando presto atención a los signos que desprenden las cosas inanimadas. Una roca a la orilla del lago se hace señal en la memoria. El esplendor de su presencia, la fuerza que emite, su posición en el contexto es lo que escucho y lo que puedo llamar “la voz de una piedra”.
Una gaviota excitada por un trocito de galleta, conducida por mis estímulos y animada atener un diálogo con mis gestos, es algo mucho más cercano. En mi caso todo esta condicionado al saber que ese animal esta relacionado con la vida chamánica, que se encuentra en un  lugar donde esa creencia ha pervivido durante milenios…

Como se leen los signos
La “verdad” está implicada en los contextos y en como recibo el mensaje, en como lo integro a un discurso que me ha de ayudar a comprender las hipótesis propuestas. La gaviota es ajena a mi verdad, ella quiere unos trocitos de galleta que le voy tirando. Por el contrario, yo estoy viendo un ejemplo singular de la naturaleza, ella me regala el saber de milenios. Contemplo lo mismo que vio en la gaviota, aquel que ser especial, el chaman que quiso unir con su imagen el mundo inferior y el superior. Él observó como el ave era capaz de sumergirse en el agua y después volar por el cielo y eso fue una lección magistral que le llevó siglos descubrir…
Muchas de las expresiones del arte contemporáneo tiene un aspecto de revisión del pasado, algunas inciden en desvelar los misterios de la naturaleza y sus efectos sobre el pensamiento, otros sencillamente hacen simulacros, formas graciosas que animan a los “comentaristas” de despacho y estimulan el mercado…

Slyudyanka, 23 de julio de 3014

Un tema tentador
En la zona del Baikal el turismo esta activando el chamanismo como distracción y nada de lo que se presenta como tal tiene demasiada credibilidad. Los nativos se ganan la vida con el espectáculo y si tienen un problema grave van al hospital a curarse, aunque, también es verdad que como aquí, también hay personas que acuden a la medicina alternativa…
Uno de los lugares donde se hacen rituales como espectáculo es en Khuzhir, en la mayor isla del lago Baikal. Hay que ir con camiones y llegar a ella con un ferri, se ha credo un pequeño pueblo que atienden al publico, todo bien orquestado y con nativos auténticos… La región esta llena de señales del pasado, pinturas, petroglifos, menhires y piedra evocadoras. Es comprensible que así se, la naturaleza allí es poderosa, el lago siempre es una fuente de vida e invocarla proporciona confianza. Al centro sagrado le llaman la piedra del Chaman.

Mi experiencia
Como explicaba en el articulo anterior he prescindido de todo el espectáculo, me he conformado con las horas que he podido estar en Litvyanka, Slyudyanka, con la realidad de los trenes que atraviesan Siberia, los campos sinuosos e infinitos y los grandiosos ríos que serpentean mansamente. La mayor parte del recorrido lo he visto desde vagones de tercera clase, donde viaja el pueblo llano y algunos tramos los he realizado en segunda y primera clase; tenía que conocer otro de los objetivos del transiberiano.

Pienso que todo ha sido breve, pero estoy habituado a ritmos altos; allí hay una transmisión potente en la naturaleza y en algunas de las imágenes que he realizado se hace presente. El lugar es vivo y tiene resonancias originarias, pero hay que verlo en lo que es ahora para el pensamiento de ahora. Con paciencia y claridad de ideas, podemos desvelar el misterio de lo que nos queda por descubrir.  Al Baikal hay que ir con las armas del pan y el agua, llegar al lugar y “encontrar”; pienso que no hay que quedarse sordo con los canticos de los demás…

jueves, 17 de julio de 2014


Slyudyanka- Baykal

Slyudyanka 23 de junio 2014
He tenido fiebres siberianas; ya estoy mejor, pero me he pasado dos noches temblando como un poseído. La fiebre tenía picos altos y repentinamente bajaba para volver a subir horas después... Entre los delirios me venían imágenes del Baykal, inmersiones en sus profundas aguas oscuras y seguidamente salidas a la luz de manera súbita; ¡todo ha sido muy extraño...!

Diálogos en el Baykal.
Aunque el propósito era acercarme a la zona que mayor fuerza misteriosa y telúrica que desprende la tierra, me negué a entrar en el juego del “periplo chamánico” del lago Baykal. Tenía suficiente con saber que me encontraba ante los reflejos más antiguos de la tierra, ante la mayor reserva de agua dulce que existe; agua germinal que había estado en estado sólido durante millones de años. Siberia tiene unos cambios climáticos que hacen del lago Baykal un centro de interés físico y espiritual; no hace falta más que pensar que en invierno los camiones puedan caminar sobre las aguas igual que Jesús caminó en el lago Tiberiades. Dicho esto no hace falta añadir nada sobre lo que estos estados producían en las almas primitivas y lo que pueden producir en nosotros; yo quería entender en primera persona lo que incidían en mi...
Mi intención era contemplar su pureza en los efectos que producía, en las vibraciones del aire de manera directa y no dejarme llevar por los relatos del pasado ni por todas las fantasías que suelen solaparse en estos lugares.
No quise acercarme a la cueva “del Chamán”, ni a la Piedra Buch Noyon en el Valle Tunkinskaya y menos a los santuarios chamánicos de la montaña Baytog Manhay, justo al lado de Irkutsk, donde aún quedan grabados rupestres y te puedes recrear en la memoria de su existencia… Todo eso era un programa de agencia y pensé que podía consultar con gran despliegue de detalles en cualquier momento. Mi intención era “dialogar” directamente con el lugar, encontrarme ante el espejo de las aguas como ante el reflejo del mundo y obtener mis propias conclusiones. Pensé que entrar en el proceso histórico, en el encanto de los rituales, en las valoraciones de los demás y en todos los juegos del turismo cultural era una perdida de tiempo…
Mi experiencia fue muy positiva, diría extraordinaria, y aunque estuve muy poco tiempo; unas sesenta horas, de las cuales más de la mitad fueron con niebla, todo fue una conexión cargada de emoción. Estuve en Litvyanka, Slyudyanka y en las estribaciones del río Angara. Cada momento tuvo sus consecuencias en mi memoria, sobre todo el atardecer del día 23 de junio cuando el sol caía y parecía que todo quedaría en nada. Fue entonces cuando la luz me regaló los instantes más memorables... He sacado una 1200 fotografías de Irkutsk y de los lugares mencionados. Considero que sólo un 7% tiene interés para mi investigación sobre la “realidad estética”.
De la serie de los cuervos y las gaviotas no salvo ninguna, aunque son las que he publicado y me han dado pie para “rescatar aquí” un relato que escribí hace 30 años. De las que si salvo y confío en ellas son las que delatan la luz, las que se filtran entre las rocas que de desdoblan como un espejo; el cielo, el bosque, las aguas, los pescadores y los bordes del lago...
Para sacar conclusiones de interés seguramente tendría que vivir allí unos años, pero mi vida es muy corta y sólo tengo dos pies para caminar; ahora sólo puedo decir que el Baykal ya forma parte de mi pensamiento…

domingo, 13 de julio de 2014


"Cantos del pájaro negro". Diálogos en el Baikal 2014

Imagen de Dialogos en el Baikal. 2014  Relato: "Cantos del pájaro negro" 1983


            ...seguía secreto en  sus pensamientos. Nadie conocía la historia de su presencia y, por tanto,  nadie  encontraría defecto en su falta. Cuando miraba, señalaba sin propósito el canto duro de un paisaje yermo, unos campos serenos y unas piedras elevadas que rompían el horizonte.  "Serán para contar"  -pensó.- Eran marcas, referencias en un espacio, muchas veces unido y otras tantas separado. - "Señales para una razón profunda".  - Decía, y seguidamente empezó a cantar.


                                   Si los pasos que doy
                                   me conducen a algún lugar,
                                   daré por buenas
                                   las mataduras
                      

            Un día no menos tranquilo que otros, después de un vuelo largo y unos cuantos cortos, se paró encima de una de estas señales fuertemente agarrada al suelo. Notó su firme decisión de permanencia y sintió la vibración de cientos de años mantenidos en quietud.  - "¿Es una señal de Dios, o una espina del diablo clavada en la tierra?". - Preguntó. Se dispuso a mirar atento, a leer los más insignificantes signos, a seguir la pista del tiempo hasta esclarecer la causa de su presencia. Mantuvo la atención durante horas y no llegó a descubrir nada revelador. Sólo unos pájaros que volaban alto formando un círculo, primero desahogados y amplios. Al rato,  de vez en cuando, alguno de ellos caía libre y desganado, obligando al resto a apretar el círculo que volaba y volaba cada vez más rápido. El sistema acabó imponiendo su regla y ninguno tuvo el valor de romper el orden. El último se perdió en si mismo de forma incomprensible. Fue un acto admirable hasta el final que le reveló la condición  del héroe, quizá su destino.

                                   Sabed que tengo una pistola
                                   con una bala en la recámara,
                                   que no pienso utilizar.
                                  
            Situaciones como ésta le eran familiares y aunque admiraba lo heroico-trágico, en realidad no se identificaba con ningún personaje. Para él la realidad era puramente contemplativa y todo lo que ocurría fuera de sí, eran historias, cuentos, harina de otro costal, novelas de humo con desarrollos imprevisibles.

                                   Perdido en la periferia,
                                   me encuentro en el cruce
                                   de pensamientos
                                   que siento ajenos.
                      
            Nunca encontró razones para enfadarse con nadie. Ni siquiera cuando cierto día, mientras distraía los ojos mirando circulitos brillantes de su invención, le clavaron un palo con púas que le llenó el cuerpo de dolor y de espanto. Confusión de sensaciones; unas conocidas, un calor húmedo y nervioso, otras preocupantes, un frío seco y tranquilo que le invitaba al abandono. Más tarde dejó de pensar que sentía. Sin embargo aquel día no le llegó el final, por instantes deseado, y se fue recuperando lentamente. Introdujo el cuerpo hasta el cuello en barro negro y blando y probablemente para formarse el milagro, fue ayudado por las vibraciones del fondo del universo, (...). Después se preocupó por las señales producidas, señales  que con el tiempo  integró al sentir del cuerpo, olvidándose finalmente de todo este doloroso asunto.

                                   De tanto en tanto
                                   lanzo un grito al silencio,
                                   para romperlo.
                                   si... y...
                                   limpiarme el pecho.

            Los ojos que ven mucho mundo también se cierran.- De noche, soñaba. Así, tranquilo, pasó varios años, nunca se cegó por nada ni tuvo deseos de libertad ni de cuestiones que pusieran en peligro su situación. Cierto día, mirando un agujero profundo, sintió emociones relajantes, como las palabras cuando rebotan perdiéndose en su propio significado, o como un silbido abierto sin destino. Disfrutó de aquel momento que en realidad fueron horas, pero el tiempo le transcurrió sin memoria. De todo aquel asunto no recordaba nada, todo le era desconocido. Pero él  buscaba incansable, relacionaba factores, escarbaba en el pensamiento, hasta que, rendido, decidió meterse dentro y averiguar desde el otro ángulo, llegar a la raíz del sentimiento.  Le inundaron historias intranquilas y de sólo un gesto, retrocedió a su estado en el punto inicial. Para tranquilizarse, entonó otro  canto.


                                   
Los cuervos del Baikal...

                                   Me asomo a los ojos con asombro,
                                   me escucho y, a veces
                                   no me comprendo.
                                   Ya he probado el sabor de mi sangre,
                                   y huelo cada día
                                   la presencia de mis excrementos.
                                   Los sentidos me denuncian
                                   que soy ajeno a  mi mismo,
                                   sin embargo sin ellos
                                   no podría formularme.
                                   y tendría la memoria
                                   de las piedras en arena.

            Nunca puso en cuestión las palabras de los que saben, ni dudó de lo que estaba escrito, ni se paró a pensar por qué actuaba como lo hacía. El era feliz en el vacío, en compartir el universo de la nada. Sólo alguna vez, y no sin remordimiento, se atrevió a mirar un poquito más arriba del horizonte.

                                     Si el mundo tiene un final,
                                   nos revela que hubo un comienzo
                                   quizá, así, en ese nacer y morir,
                                   se encadenen generaciones infinitas.
                                   Danza del desvarío
                                   que hace nacer
                                   ovillos de incertidumbre.

            Volar siempre era agradable y, como pasaba a ser sublime, era desde el sueño. Recordó aquella vez que hizo un recorrido sin norte; se desorientó entre largos pasadizos complicados, con orden de extravío. Bajaba y bajaba, abriendo y cerrando caminos. Al final una reja le cerró el paso; luego descubrió que estaba abierta. Jugó con ella un rato, dudó si pasar o no pasar. Otra vez la misma situación. El no era un ser para decisiones comprometidas; sin pensarlo, retrocedió hasta el comienzo.

                                   Advierto ante mí
                                   un poder indestructible.
                                   Su juego engañoso
                                   quiere llamarme a la tumba.
                                  
                                   Confiado  a mí destino
                                   no pienso perderle la cara.

            Siempre pasa lo mismo, la historia se repite en un ciclo continuo. Es, sin duda, el ciclo del pensamiento. Este era su universo, en él se encontraba como en casa y las dimensiones se dilataban o comprimían a capricho. -¡Qué maravilla! -Seguidamente, abrió a la vez dos líneas de pensamiento.
                        
            La falsedad se esconde                                         El mar se traga a sí mismo
            entre las interpretaciones del mundo.                        como un agujero.
            La energía que mueve el universo                               si fin, se contrae al   
            no tiene voluntad, sólo se consume                                     tamaño de una gota.
            en su inconmensurable potencia.                            ¡Qué placer reposar en
            La aventura de la vida                                         una de sus playas!
            sólo se conoce desde la                                       !Qué sensación vivir el
            aventura misma.                                                 instante que se expande al                                                                                                                       infinito
            El mundo de la razón                                                      
            es menos que un sueño.                                                                               



          
  Conoció a muchas personas sabias y admiró sin pasión las frases lapidarias, las concentraciones de saber, la densidad de significado. Su afición por el tema no se derivaba de una necesidad de conocimiento, no; su interés se perdía más allá de la resonancia de la palabra, de su peso en el discurso. El no quería malgastar ni un átomo de energía en averiguaciones peligrosas.

                                   Absorbo las palabras
                                   para con ellas,
                                   hacer gárgaras.
                                   Es todo lo que deseo
                                   salga hoy de mi boca.

            "El sueño de la razón produce monstruos". -Es una frase pesada y con historia.  - Pensó. Seguidamente la mantuvo en la boca largo rato y se dedicó a ordenarla en el pensamiento. Sueño a sueño, razón a razón, monstruo a monstruo, sin dejar la posibilidad de relación entre ellos. -"Sin duda soy un ser de método". Durante muchos años ordenó todo lo que sentía, veía y olía. En su cerebro ocultaba la más grande biblioteca del universo. Allí se podían encontrar los conceptos en varios idiomas distribuidos por áreas de conocimiento, pero jamás relacionados entre sí. Cada palabra ocupaba su espacio y se mantenía aislada con la máxima asepsia. Alguien, desde fuera, pensó que era el mayor monumento a la inutilidad. El también lo archivó, como si de una cajita de polvo se tratara. Pensaba que era la única manera de no manipular la historia, de no omitir nada, o de hacer una lectura de los hechos  interesada. Su sentido del orden estaba motivado por un problema estético, nada más. Y ahí, justo en ese sentir estaba oculto su mayor drama.

                                   Por no tener no tengo
                                   ni una cuerda de guitarra
                                   en la garganta.
                                   Ay, Ay.
                                   en la garganta,
                                   en la garganta.
                                   Por no tener no tengo
                                   ni papel para imprimirme.

            No dijo jamás una palabra más alta que  otra y siempre tuvo deseos que no acabó de entender muy bien. Una vez bajó dos escalones de un salto. Pensó largo rato sobre ello. Se culpaba y excusaba, primero hacia adentro con cierta devoción, después quiso hacerlo hacia afuera y se le escapó un pequeño eructo que rápidamente quedó confundido en el aire, sin llegar a teñir nada. Una nueva preocupación eliminó  la primera y empezó a pensar en las repercusiones encadenadas que el fenómeno del eructo provocaba en el universo.

                                   Vivo en un ciprés
                                   confundido como yo
                                   y cargado de nectarinas.
                                   Harinas,
                                   harinas de otro costal                 
                                   que me excitan  y 
                                   citan una palabra tartamuda.

            se ocupaba en cavilaciones, todo su peso lo conducía a través de una sola pata y a ésta sobre tres puntos de apoyo, a través de las uñas. Era un sistema perfecto que le relajaba el cuerpo y le permitía abandonarse en el vacío del pensamiento. Había perfeccionado tanto el equilibrio vertical excéntrico que podía permanecer quieto durante horas en esta posición, confundirse con una piedra y dormir en un período casi fósil. Desde ese estado elaboró los cantos más bellos.

Entre los dientes,                                          Quiero borrar la memoria,
llevo ceñido un rotulador de punta fina                cuando anoto estas
que me saca las penas una a una                           palabras, así       me vacío el pensamiento,            
y en su lugar  deja cicatrices imborrables.            Lleno de secretos de barro y con mimbre
                                                                              hago círculos en el cielo.                
                                                                                                        

            Era un ser de pocas palabras. No es que no tuviera nada que decir, no, es que no soportaba el ruido que se formaba en el pico y que forzosamente tenía que escuchar. Era un circuito absurdo que evitaba siempre que podía.   -"Es mejor hablar por dentro". -Pensaba. Inventó un procedimiento que le costó muchos esfuerzos y ensayos. Fue durante un invierno. Empezó con una gimnasia gutural que consistía en iniciar el movimiento de la frase y detenerlo en el preciso instante en que empieza la emisión de sonido. Así anduvo ocupado hasta que llegó a dominar perfectamente el sistema y pudo dejar totalmente suspendido el discurso. Le llamaba "la voluntad de la palabra, justo en el centro". En el suelo, dibujó la imagen esquematizada de aquella expresión que el pensó extraordinaria.
                      
            Le inquietaban las tertulias con hombres sabios. "Siempre se aprende de ellos" afirmaba. A él le agradaba disfrutar de las pausas, de ese silencio denso que obliga a mirar el techo, a hacer girar los dedos, o a cualquier otra ocupación. En cierta ocasión la tertulia se extendió más de lo usual y, entre verbos, se coló algún adjetivo no deseado, al instante, el lugar quedó hechizado. No le permitieron alejarse ni un segundo del imán formado en el espacio. En realidad todos perdieron los papeles y el discurso se destrozó en fragmentos incomprensibles. Pero algo catalizaba el ambiente y sólo él pudo dar una respuesta que satisfizo a todos: -"Las sombras no tienen razón de ser"-. No obstante el tema quedó en tablas y se marchó un poco aturdido y con el presentimiento de que una mancha casi imperceptible había maculado su memoria.

                                   Tengo una verdad oculta
                                   entre naranjas verdes.

                      
            De la experiencia del agujero quiso hacer academia, y con un esfuerzo que sobrepasaba mil veces la voluntad de su cuerpo, abrió un vía en la roca, un camino jamás pisado por ser alguno. En cada milímetro que avanzaba, nuevos secretos se revelaban sin resistencia. Jamás sintió que algo con voluntad propia intentara ocultarle nada. Piedra, fósil, tierra, raíz... De esta experiencia sacó material para un nuevo canto.

                                   Las piedras son cuerpos pesados
                                   carentes de sentimientos.

            En otra ocasión, paseando por una cañada, observó una inmensa roca en forma de trono y disfrutó con sus juegos internos. Imaginó las proporciones, adaptó los tamaños, y cuando estuvo a punto de ocuparlo, giró la atención a otro lugar más cercano. Esta vez la piedra era larga y sin movimiento, vieja y serena, un manto de líquenes le formaba una piel verde y blanda. Pensó si todo aquello lo había hecho una voluntad o si es que el azar también tiene gobierno. Hizo un esfuerzo mental que le llevó al límite.  Desde esa posición volvió a observarla y sintió un gran vacío por dentro. No supo relacionar las causas ni extraer conclusiones del hecho. Al rato, musitó sin propósito:

                                   Las piedras son cuerpos pesados
                                   que no tienen sentimientos

            Sobre las piedras no había quedado todo completo, y ocupó días rompiéndolas para sentir su voz y ver sus entrañas. La conclusión siempre fue parecida. En algunas ocasiones la mano va más lejos que el pensamiento. Quizá la observación no es correcta. La piedra gruesa de la montaña se hace arena en el mar, rueda sin expresión de dolor y lo ocurrido no necesita justificarse. Por un momento pensó en la sombra y dedujo sin vacilación:
                       Las sombras no tienen razón de ser,
                       aunque están muy adaptadas al cuerpo.


         
      Llegará el día en que las cosas no se valorarán por su color, peso, forma, sino por un orden oculto y superior que esperaba descubrir. Sabía que esto requería una gran disciplina y que resultaría un trabajo pesado. También que ese nuevo valor alteraría las cosas, cambiaría los órdenes morales y transformaría las actuales jerarquías. Por una vez decidió ir adelante. Siguió ordenando materiales nuevos en los depósitos de su memoria, siempre lo hacía con propósitos igualitarios. Calificó de perfectas aquellas cosas que respondían con buenas proporciones a todos los sentidos y de imperfectas a aquellas que sólo lo hacían a uno o a varios. Las desproporciones en ese sentido le enervaban, no podía soportarlas. Creó denominaciones nuevas, cuadros explicativos, redactó ejercicios con prácticas incorporadas. Creó un apartado nuevo en su biblioteca mental y hasta un método pedagógico. Podríamos pensar que se cargó de la paciencia necesaria para llevar a término lo que Prometeo dejó inacabado.

            Sabía por deducciones que aquí no viene a cuento explicar que su mayor enemigo no se escondía entre los demás, ni en el cansancio o la pereza, sino camuflado traicioneramente entre sus propias palabras. Esto lo tenía bien comprobado. Sobre todo, a partir del día en que intentó defender sus ideas. Empezó el discurso con un carácter reverencial y firme para dejarlo bien sentado, pero sin saber por qué razón varió el tono y, en el contexto, se filtraron una o dos palabras. Al final tuvo vergüenza de todo y sin decir nada se recluyó en el mundo de su invención. Tras este pensamiento abandonó todo el proyecto. Sólo seguiría laborioso en ordenar palabras.  De todo esto extrajo un nuevo canto:

                                   Scheec, Scheec, Scheec, Scheec,
                                   Scheec, Scheec... todos adentro.

            Como se ve, poco a poco y sin proponérselo fue construyendo su carácter  en un mundo sin tierra, en una fantasía de humo que se transformaba sin cesar entre las imágenes del pensamiento. Algunas veces salía de su encierro y hasta se atrevió a hacer afirmaciones que nunca sorprendieron a nadie porque en realidad no iban más allá de lo que todo el mundo conocía. Sabia por experiencia que decir cosas  con sentido ofendía a los demás, al igual que trabajar con coraje o cultivarse uno mismo. Por esto, de forma involuntaria decidió invalidarse en lo posible haciéndose pasar por idiota, llegando inclusive a olvidarse de todo.

                       Hay pájaros migratorios agradecidos,     se llevan y traen   buenos recuerdos.                        
 Es por ello que no tienen definido el destino y nadie discute su presencia.
 El recuerdo caliente también ayuda a vivir, almacena las mayores y más ricas reservas y las guarda para mejor ocasión.

A veces puede costar la vida pasar siempre por la misma senda, pero es más duro variar de rumbo cada día.
 La hierba huele muy bien cuando se seca, especialmente en un campo ordenado de montones bien hechos.


            En la creación de estos cantos fue recuperando lentamente la memoria, formando un juicio que, por el momento, no quiso averiguar a dónde le conducía.

            En ese desorden pensó: "Los seres que cambian de sitio no tienen las raíces hondas, se las van comiendo en los días de marcha. Son especies que devoran el agua en superficie y tienen la cualidad de sobrevivir en condiciones variadas. El mañana es el sueño de hoy ¡Qué disparate!" Y se regaló otros dos cantos:

                                   Olvídate de las cenizas
                                   toma decidido el camino
                                   que conduce hasta
                                   tu condición de pájaro.


                                   Después de la muerte de Dios
                                   puedes regalarte la absolución;
                                   sólo has de recordar las cosas que hiciste,
                                   y en cada una de ellas
                                   se justifica haber vivido.

                      
            "El viento y el fuego tienen en común su poder devastador y traen al recuerdo momentos aterradores. Son muchas las historias que se han situado en ese escenario para llenar de sombras la memoria y ensuciar el pensamiento. El terror interior nace de la miseria, de la inseguridad en todo, de la presencia furtiva de la muerte. El miedo es un estado que también produce su provecho. Bajo él he vivido como una sustancia en niebla a la que he tomado adicción". -Meditaba...



        Diálogos en el Baikal. 2014 Recreación de una idea  ya realizada a partir de circunstancias nuevas.                          

                                               La filosofía débil
                                               me está arruinando el ser.
                                               El temor al triunfo
                                               me retiene en el fracaso.

            Aunque la muerte campeaba por todas partes y los instrumentos de tortura eran presentes hasta en el momento de nacer, él decía que los pájaros no deben ser exigentes; ya tienen suficiente con haber conquistado el vuelo. Ese espíritu de conformidad no anulaba su inquietud, la insatisfacción, ni otros sentimientos. Por huir de estas situaciones se evadía sin premeditación, era un acto involuntario.

            -La evasión no es siempre improductiva. -Afirmaba, quizás para justificarse. También creía que, como tantas otras cosas, la evasión estaba adaptada al cuerpo. ¿Sería posible vivir sin ella?  Movió los párpados, encogió el cuello, tensó los músculos de las patas, adaptó el plumaje al cuerpo y con el pico garabateó un círculo en el espacio que quedó borrado en el acto, hecho que no le asombró lo más mínimo. Seguidamente se puso a cantar:

                      

                                   ...Todavía recuerdo
                                   el fuerte olor a fritos
                                   y el perfume de humo en mi cama.

                                   ... En la memoria siento el hambre crónica
                                   como una deuda impagada.
           
                                   Sólo heredo recuerdos
                                   entre todos
                                   no valen una peseta,
                                   En mí quedan
                                   envasados al vacío, como una
                                   conserva inútil...

                      
            Comió lo que encontró, era de estómago conformado y en su dieta se incluía todo. Nunca sintió rechazo a nada y estaba convencido de estar preparado para sobrevivir.

            Nunca se abandonó físicamente. Hacia ejercicios de vuelo diarios, primero los más lentos, dibujando en el aire formas elípticas, espirales ascendentes y descendentes, trazadas con una perfección inusual. Por último hacía un envite final con cierto riesgo; subía hasta límites peligrosos, mucho más que cualquier ave de mayor constitución. De hecho, éstas quedaban allá abajo como mosquitos paralizados.


            Apuraba las dificultades al respirar, los músculos agotados, el dolor de cabeza. Desde ese límite contemplaba un mundo nuevo, sentía el placer reservado a los grandes. En silencio, entonó otro canto:

                                   El trono salvaje
                                   quedará eternamente a la espera,
                                   sin duda es un lugar para sentarse
                                   dignamente.

            Seguidamente encogía las alas, estiraba el cuello y las patas en dirección opuesta y, al igual que un dardo buscando un objetivo oculto allá abajo, se lanzaba en picado. La velocidad neutralizaba el pensamiento, los ojos se le nublaban, el viento silbaba entre sus plumas y los músculos eran estirados hacia arriba como si quisieran separarse del cuerpo. El plano de tierra se acercaba nervioso, con cabeceos a derecha e izquierda. Así contenía la atención esperando la última décima de segundo, aguantando el cambio de presión con un dolor de martillo en los oídos. Por último, a pocos metros del suelo, estiraba las patas, abría en ángulo correcto las alas y maniobraba con el timón de cola hábilmente, lanzándose  paralelo al plano de tierra. Tocaba ligeramente matojos con el plumaje, perdiendo velocidad hasta consumir todo el impulso y quedar sobre el suelo con cadencia suave y despreocupada.

            Entonces cerraba los ojos y se disponía a descansar. El agotamiento le producía delirios. En ocasiones éstos fueron de gran provecho. Solía ocupar el cuerpo de otro ser y así podía dirigirlo a capricho de forma teledirigida ya que él quedaba fuera y nunca perdía del todo el hilo que lo unía a la conciencia.

            Lo último que se recuerda de esta historia es que tomó el cuerpo de un hombre de constitución deforme y expresión violenta. Las manos eran fuertes y la cabeza velluda con ojos grandes y atentos. Iba desnudo sin sentir frió ni ausencia de nada. Se dirigió hacia una habitación con una sola puerta, de paredes opacas y límites indefinidos. En su interior descansaba horizontalmente una gran losa de piedra en estado natural. Giró varias veces en torno a ella, la observó desde todas las posiciones y, de pronto, comenzó a golpearla con las manos siguiendo un ritmo paralelo al  corazón. Así se mantuvo durante horas. Al final se tendió sobre ella y se abandonó con total pérdida de la razón. Desde esta posición iniciaba otro sueño que enlazaba con otro y otro de forma encadenada. Así, hasta sumar sesenta y tres cantos que ahora son estampas negras en un libro.

            Esta vez no supo regresar y quedó deshilvanado para siempre en el orden de su pensamiento.


                                                                                  Rufino Mesa 1983 -91


A comienzos de la década de los ochenta, después de haber realizado "El gallo de oro",  "Urnas para un continente latino", "El toro y la sardina"  y el libro de estampas "Juego y disparate entre el toro y la sardina", fue cuando surgió la idea de realizar la historia de un pensador perdido. Como  había realizado ya la serie de "El gallo de oro", motivado por las lecturas de la obra de Juan Rulfo,  el animal como protagonista,  me pareció idóneo para representar las características de la época. Una década de espanto, nerviosa, incoherente, competitiva, de mucha acción y pocas ideas, en fin, una década de adrenalina...
             De esta manera surgió "Cantos del pájaro negro", un personaje complejo, con cierta dosis de existencialismo, barroco en sus propuestas mentales, incoherente y en cierta manera  dado al desvarío.
Un pájaro humanizado, fabulizado se explica situaciones complejas y mezcla situaciones sin ningún interés aparente con mecanismos complejos, tanto de la palabra como del funcionamiento del mundo. Introvertido, curioso, y sobretodo nada practico, descubre que el mundo interior es en realidad el mundo, que todos los sucesos se dan en la mente y que ésta cuando actúa en el mundo exterior puede causar cataclismos inesperados.
Ecologista, conformado, parásito, sublime, atleta y vagabundo, el Pájaro negro en un habitante de los páramos de la palabra, de los territorios de nadie, emparentado con las presencias sin alma. un ser efímero que vive en la metáfora.
En el final, del relato conocido, se nos presenta como un extraviado que hace averiguaciones peligrosas y felices, que le llevan a perderle el pulso al corazón, pérdida que le rompe el hilo que le une a éste mundo y deshilvanado se pierde en el laberinto de su pensamiento.
Las estampas ilustran pasajes, situaciones , pensamientos y actitudes  mucho mas complejas que los textos. 62 estampas en xilografía, talladas a corte rápido que dejan un recuerdo visual de los sueños de un pájaro.



                                               RUFINO MESA

                                   CANTOS DEL PAJARO NEGRO



Para mi familia, agradecido...


De este libro se editarán cien ejemplares en papel de hilo numerados y firmados  por el autor, y doscientos, reducido el tamaño y sobre papel  printomat.
Reus. agosto 1995.

Realización, 1983.
edita, Senyal edicions.
Impresión, Crono.
D.L.
(c) R.M. sobre el suelo con cadencia suave y despreocupada.

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