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lunes, 25 de agosto de 2014

Los jugadores de cartas






Los jugadores de cartas
Se llama Loba, es de piel de aceituna, ojos oscuros y activos como los cervatillos. Su cuerpo es proporcionado y de huesos robustos. Es correosa y flexible y en ocasiones se sabe hacer un ovillo en el pequeño espacio de la litera. Tiene una mirada profunda y un sinfín de signos misteriosos que emergen de su rostro; Loba es una belleza natural, una flor del pueblo sin ningún aderezo que no sean los que le han ofrecido los azares del mundo. Él se llama Stendhal y no es escritor ni filósofo; trabaja como peón en una fabrica de manipulación de acero. Tiene un rostro hermoso y abierto, los brazos fuertes y un cráneo dolicocéfalo, quizá es un neandertal adaptado a los tiempos modernos. Viven en Havarostk, trabajan en Chitá y proceden de Ulan-Ude. Él es un hombre enérgico, con rasgos raciales mongoles, ella parece descender de la India, es franca, guapa y con un carácter variable.  Son rusos pero entre ellos hablan el buriato, una de las lengua del extremo este de Siberia.
De todas las personas que he conocido son los que más pautas me han proporcionado para conocer la relación de pareja en Rusia. Criaturas hermosas en plena juventud que actúan en libertad. Estuvimos 42 horas en el mismo compartimento, con los mismos ronquidos y zarandeos del tren. En aquel espacio de tránsito se podían dar muestras en los juegos amorosos. Ellos las practicaban con tanta libertad en el quehacer cotidiano que me llegaron a emocionar. En el trato eran impulsivos y podían pasar de la caricia a la pelea abierta en pocos segundos; no eran juegos sin atribuciones sentimentales ya que ella en algunos casos llegaba a llorar; en ese momento él se transformaba en una luz protectora. Loba mostraba impaciencia y siempre estaba necesitada de atención, si no era así se ponía a dormir o a gemir como un niño. Él era atento y cariñoso, procuraba estar con ella constantemente y por estrecha que parecía la litera, siempre que podía, se situaba junto a ella y le murmuraba al oído...
No llegué a saber que le decía pero ella abría los ojos y cambiaba el semblante. Quiero interpretar sus susurros y llevado por los efectos que causaba interpreto lo siguiente…

En los caminos de hierro
Las corolas se marchitan
Pero en tus labios de miel
Los pasos son como el sueño.

No te fatigues amor…
Pronto estaremos en casa
Tocaremos el verde salguero verde
Con los destellos del alba…


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