Los jugadores de cartas
Se llama Loba, es de piel de aceituna, ojos
oscuros y activos como los cervatillos. Su cuerpo es proporcionado y de huesos
robustos. Es correosa y flexible y en ocasiones se sabe hacer un ovillo en el
pequeño espacio de la litera. Tiene una mirada profunda y un sinfín de signos
misteriosos que emergen de su rostro; Loba es una belleza natural, una flor del
pueblo sin ningún aderezo que no sean los que le han ofrecido los azares del
mundo. Él se llama Stendhal y no es escritor ni filósofo; trabaja como peón en
una fabrica de manipulación de acero. Tiene un rostro hermoso y abierto, los
brazos fuertes y un cráneo dolicocéfalo, quizá es un neandertal adaptado a los
tiempos modernos. Viven en Havarostk, trabajan en Chitá y proceden de Ulan-Ude.
Él es un hombre enérgico, con rasgos raciales mongoles, ella parece descender
de la India, es franca, guapa y con un carácter variable. Son rusos pero entre ellos hablan el buriato, una
de las lengua del extremo este de Siberia.
De todas las personas que he conocido son
los que más pautas me han proporcionado para conocer la relación de pareja en
Rusia. Criaturas hermosas en plena juventud que actúan en libertad. Estuvimos
42 horas en el mismo compartimento, con los mismos ronquidos y zarandeos del
tren. En aquel espacio de tránsito se podían dar muestras en los juegos
amorosos. Ellos las practicaban con tanta libertad en el quehacer cotidiano que
me llegaron a emocionar. En el trato eran impulsivos y podían pasar de la
caricia a la pelea abierta en pocos segundos; no eran juegos sin atribuciones
sentimentales ya que ella en algunos casos llegaba a llorar; en ese momento él
se transformaba en una luz protectora. Loba mostraba impaciencia y siempre
estaba necesitada de atención, si no era así se ponía a dormir o a gemir como
un niño. Él era atento y cariñoso, procuraba estar con ella constantemente y
por estrecha que parecía la litera, siempre que podía, se situaba junto a ella
y le murmuraba al oído...
No llegué a saber que le decía pero ella
abría los ojos y cambiaba el semblante. Quiero interpretar sus susurros y
llevado por los efectos que causaba interpreto lo siguiente…
En los caminos de hierro
Las corolas se marchitan
Pero en tus labios de miel
Los pasos son como el sueño.
No te fatigues amor…
Pronto estaremos en casa
Tocaremos el verde salguero verde
Con los destellos del alba…
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