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sábado, 2 de agosto de 2014

La torre de Kazán



La torre de Kazán

Hay lugares, territorios y ciudades que solo existen en los sueños o en la imaginación delirante de los poetas. A veces esas fantasías toman forma y se hacen realidad, son la suma de muchos proyectos, de aportaciones individuales, de esfuerzos colectivos, de "inspiraciones del azar". Por eso la belleza de un lugar esta unida a las almas que lo habitan y esa melodía, ese poema urbano, es motivo de constante creación para los que allí viven y a su vez, aquel espacio ejerce un poder sobre los que habitaran la ciudad.
Encontré ese lugar y lo esperaba con especial deseo; apareció en mi camino rumbo a Siberia... Si alguien quiere ilustrar un relato que haga firme el perfume de la fantasía, si alguien busca el incienso oriental disuelto en el aire y el cantar de las aves del paraíso al caer la tarde, tiene que pasear por las calles y ver el Kremlin de Kazán… Si quiere presentar una escenografía donde el crepúsculo es misterio, verso encarnado en la luz y los resplandores del río se combinan con el eco de los remeros del Volga, que acuda al kremlin de Kazán. Aquella pequeña atalaya de la ciudad antigua conserva desde tiempos remotos y en cada uno de sus muros la risa de los niños, el jadeo de los amantes y el lamento de los pescadores. Si alguien desea escuchar el trasiego de los campesinos en las riberas del Volga, el siseo del viento que cabalga sus llanuras, que suba a la torre Siuyumbike. Desde allí arriba que otee el horizonte y a la vez que verá los confines del mundo, sentirá vibrar dulcemente el arpa del tiempo. Si quiere considerar el aleteo de la historia y remitirse a la memoria que destila el lugar, que escuche el siseo de los torreones. Si busca entre callejas los pasos del muftí, los alientos terminales como el fruto de un ensueño; ¡que mire con los ojos de la piel el Kremlin de Kazán!
Allí todos los relatos son posibles y todas las desventuras también. Es el lugar donde se encuentran varias religiones y sensibilidades, donde se oculta el alma de los poetas. De su suelo emerge el rastro evidente de culturas estéticamente ricas y se hace evidente como allí han dejado un perfil similar a las "Ciudades invisibles" que nos dibuja Italo Calvino en su libro.
Todo es posible en la ciudad de Kazán, por eso sigue con esa construcción de utopías en los brazos de la ribera. Pienso que el dragado del río y los edificios que están haciendo la perpetúan como un lugar extraordinario.
Del pasado remoto quedan relatos apasionados; se hace creíble que la princesa vengadora se lanzara desde la torre para esquivar las caricias del tirano de Moscú. Se hacen reales los cuentos de las mil y una noches para entretener los enlaces de amor; el kremlin de Kazán es el lugar ideal para estos delirios y aquellas pasiones.

Notas “aclaratorias”
Ya relaté lo de la torre Siuyunbike, la construcción que le hizo hacer dicha princesa al Zar Ivan el Terrible a cambio de sus favores amorosos. Por lo visto nada queda claro sobre su suicidio por venganza, hay datos que dicen que Siuyumbike murió en Moscú ya vieja. No obstante la torre tiene una fuerza extraordinaria en el perfil de la ciudad de Kazán. Destaca por la forma, la altura, el color y la ambigüedad; ¿para que sirve una cosa así…? Entre otras para vigilar el curso de los ríos Bolga y Kazanka, inventar historias de amor romántico, acoger los sueños de los bebedores de vodka e inspirar a algún poeta local como, Musá Cälil.




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