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sábado, 23 de agosto de 2014

Barrios obreros en Siberia






Los bloques de cemento
El racionalismo constructivo trajo la gran epidemia de la mala arquitectura y millones de cajas de cemento empezaron a ser “viviendas” en las periferias de las grandes ciudades, cajas para dormir y soñar con otros parajes. Los hogares se perdieron y aparecieron las residencias, los habitáculos de la incomunicación, la soledad y el aislamiento. Ahí es donde vive la clase obrera y donde se precipitan sus sueños; comprar estos habitáculos supone la hipoteca de todo su tiempo, el pozo-trampa donde se entierra de su vida.
Los derechos a una vivienda digna han sido largamente pregonados; lo poderosos, los vociferos del partido, son igual de pomposos en todas partes. Todos prometen estos derechos universales sean de color que sean, pero pocos tienen las ideas y las convicciones morales para mejorar las condiciones de vida de los campesinos, de los obreros. Antes eran pobres y ahora lo siguen siendo y el mañana no existe para ellos; ni en la vida, ni en la tumba.
En el campo, fundidos entre la naturaleza, tenían casas humildes pero adornadas con flores. Por el prado correteaban los niños entre animales domésticos, en el gallinero y las pocilgas están las reservas que les unían al futuro y en un cubierto de chapas guardaban la leña seca para el invierno. Pero cuando ves barrios enteros de asfalto, ciudades de ladrillo y bloques de cemento con algunos colorines para ocultarlo, “me deprimo hasta el llanto y me irrita hasta la rebeldía al constatar los insignificantes “logros” del mundo moderno. Sobre el comunismo en este país, pienso que después de setenta años solo se puede hacer un balance del dolor, la represión y la mentira.
Es tan poco y tan fácil hacerse una casa que hasta los pájaros hacen la suya y son mucho mejores que estos “refugios-jaula” Ante estos cajones del destierro, declaro que esta pésima arquitectura no es más confortable y humana que lo son las barracas de tierra en las planicies del Perú.
¿Caven más mentiras en las cuencas de los ojos? Los beneficios son siempre para unos pocos y los avances tecnológicos no liberarán nunca a las clases populares de su condición de humildes unidades de consumo… ¡nada más que eso…!

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